El desempeño del sector de pagos en 2022 muestra un cambio continuo con oportunidades de crecimiento y mejora de los márgenes en todas las zonas zonas geográficas y productos. Un análisis detallado de los ingresos revela cambios estructurales, como los nuevos avances en los pagos instantáneos y las billeteras digitales.
Esta edición de 2023 del Global Payments Report de McKinsey comparte los hallazgos clave de nuestra inteligencia de mercado patentada registrada en el Global Payments Map, que abarca más de 25 productos de pagos en 47 países que, en conjunto, representan el 90 por ciento del PIB global. Entre las conclusiones de este año se encuentran las siguientes:
- Los ingresos por pagos globales crecieron dos dígitos por segundo año consecutivo.
- El crecimiento sostenido en India, impulsado por el desplazamiento de efectivo, la situó entre los cinco principales países por ingresos por pagos.
- Por primera vez en varios años, los ingresos basados en intereses contribuyeron con casi la mitad del crecimiento de los ingresos.
- El uso de efectivo disminuyó casi cuatro puntos porcentuales a nivel mundial en 2022. En los últimos cinco años, la tasa de crecimiento de las transacciones electrónicas casi ha triplicado el crecimiento general de los ingresos por pagos.
Además de observar los resultados del sector en 2022, adoptamos una visión más a largo plazo y observamos el progreso que ha logrado la industria desde que las empresas comenzaron a crear sistemas para procesar sus pagos. Desde sus inicios hasta la actualidad, el sector de pagos ya ha pasado por tres eras distintas. La evidencia sugiere que la industria puede estar en la antesala de una cuarta era, que nosotros interpretamos como una de “desacoplamiento”. Esta era presenta oportunidades concretas para los bancos y otros jugadores del sector de pagos.
Los resultados en materia de ingresos destacan la resiliencia y la dirección futura
A nivel mundial, los ingresos por pagos demostraron ser notablemente resilientes, superando una variedad de vientos en contra regionales para crecer a tasas muy por encima de la tendencia establecida a largo plazo. Los ingresos por pagos crecieron un 11 por ciento en 2022 –una tasa de dos dígitos por segundo año consecutivo–, alcanzando más de $2.2 billones de dólares, un máximo histórico (Gráfica 1).
Ingresos por zonas geográficas: Aumento generalizado
El crecimiento de los ingresos se distribuyó ampliamente por zonas geográficas, con tres de las cuatro regiones registrando sus aumentos más importantes en una década. América del Norte, América Latina y Europa, Medio Oriente y África (EMEA, por sus siglas en inglés) crecieron a tasas de dos dígitos.
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La excepción a esta tendencia es Asia-Pacífico. En los últimos años, esta región, que representa el 47 por ciento de los ingresos por pagos globales, ha sido el principal vector de crecimiento. Pero en 2022, los ingresos regionales aumentaron solo un 4 por ciento, como resultado de una disminución del 3 por ciento en los ingresos por pagos en China. Sin embargo, excluyendo a China, la región Asia-Pacífico creció un 25 por ciento, más rápido que en 2022.
Las economías con los mayores conjuntos de ingresos por pagos generaron un crecimiento igual o superior a la media, lo que contribuyó al buen resultado de 2022. Esta lista, que incluye a Brasil, India, Japón y Estados Unidos, registró resultados sólidos tanto en ingresos impulsados por intereses como por comisiones.
Un dato clave de los resultados de China es el descenso del 5 por ciento en los ingresos por comisiones transaccionales. Cayeron a $255 mil millones de dólares como consecuencia de la reducción del tamaño de los importes de las transacciones con tarjeta y de las concesiones en materia de comisiones implementadas por los proveedores de pagos para estimular la actividad de las pequeñas y medianas empresas (PYMES) y contrarrestar el choque macroeconómico de la COVID-19.
Por categorías, los intereses superaron a las comisiones y el sector comercial se mantuvo por delante del minorista
En muchos mercados, cerca de la mitad del crecimiento de los ingresos de 2022 provino del aumento de las tasas de interés, interrumpiendo una tendencia de larga data en la que las comisiones eran la principal fuente de crecimiento. El entorno cambiante de las tasas de interés tuvo el mayor impacto en la región EMEA, donde los márgenes netos de interés aumentaron notablemente, revirtiendo una tendencia de la última década. Los ingresos basados en transacciones de EMEA siguieron creciendo a un ritmo constante (5 por ciento en 2022), mientras que la cuota de los ingresos netos por intereses (net interest income, o NII) sobre los ingresos totales aumentó del 33 por ciento al 45 por ciento en un solo año, acercándose así a la de otras regiones.
Otra forma de entender los ingresos por pagos es por segmento de clientes (comerciales y consumidores) y los productos que el sector ofrece a cada uno (Gráfica 2). Desde hace algún tiempo, la combinación se ha ido inclinando sutil pero persistentemente hacia el segmento comercial en todas las regiones. En general, el sector comercial representa ahora el 53 por ciento de los ingresos y el de consumo el 47 por ciento. Esta proporción varía de una región a otra. Los ingresos comerciales han predominado durante mucho tiempo en Asia-Pacífico y EMEA. Los consumidores siguen generando la mayoría en América del Norte (63 por ciento) y América Latina (54 por ciento), donde los mercados siguen siendo impulsados principalmente por las tarjetas.
La dinámica de los pagos transfronterizos fue particularmente sólida. Los flujos alcanzaron alrededor de $150 billones de dólares en 2022, un aumento del 13 por ciento en un solo año. Este movimiento de dinero generó un incremento aún mayor en los ingresos transfronterizos, que aumentaron un 17 por ciento hasta $240 mil millones de dólares. Los ingresos por pagos transfronterizos de los consumidores, tanto C2B como C2C, aumentaron a tasas de dos dígitos, acelerando desde cifras altas de un solo dígito en 2021. Por el contrario, ambas formas de pagos comerciales (B2B y B2C) crecieron un 10 por ciento, algo más lento que durante el aumento pospandémico de 2021.
El corredor Estados Unidos-América Latina sigue siendo el más grande para las remesas C2C, representando el 11 por ciento del valor total de dichos flujos. Centroamérica ha sido un destino cada vez más relevante para las remesas y la ayuda humanitaria procedentes de Estados Unidos.
Si bien B2B sigue siendo el principal impulsor de los ingresos transfronterizos (69 por ciento del total), las categorías de consumidores tienen márgenes más altos y se prevé que crezcan más rápidamente en los próximos cinco años. Se espera que gran parte del crecimiento se produzca en C2B, relacionado con un mayor gasto en viajes y comercio electrónico.
Crecimiento futuro de los ingresos: Aumento de los pagos instantáneos y las billeteras digitales
Nuestro análisis sugiere que el crecimiento futuro de los ingresos probablemente se verá estimulado por las innovaciones en los pagos instantáneos y el aumento de las billeteras digitales en determinadas zonas geográficas. En los últimos cinco años, el aumento en los volúmenes de transacciones de pagos electrónicos ha superado consistentemente el crecimiento de los ingresos por pagos (17 por ciento frente a 6 por ciento). Esto es indicativo de la continua evolución de las preferencias en los pagos, una migración general hacia instrumentos con comisiones más bajas y márgenes gradualmente decrecientes que acompañan a la escala.
Estas dinámicas también son evidentes en el desplazamiento del efectivo. El uso de efectivo disminuyó casi cuatro puntos porcentuales en todo el mundo en 2022. A nivel mundial, el descenso del uso de efectivo durante la pandemia no muestra signos de revertirse, liderado a la baja por las economías dependientes del efectivo de India y Brasil, donde la proporción de transacciones en efectivo cayó entre siete y diez puntos porcentuales. Las caídas del efectivo en Brasil coinciden con la rápida adopción de la red de pagos instantáneos PIX del país.
Una transformación similar se está produciendo a menor escala en Nigeria, donde las capacidades de pagos instantáneos se están incorporando a los dispositivos de los puntos de venta para facilitar la habilitación de los comercios. El porcentaje de transacciones en efectivo en Nigeria cayó del 95 por ciento en 2019 al 80 por ciento en 2022. Durante el mismo período, la cuota de los pagos instantáneos se cuadruplicó hasta el 8 por ciento.
Los pagos instantáneos están desempeñando un papel clave en esta transición fuera del efectivo. En Brasil, se espera que casi la mitad del crecimiento de los ingresos transaccionales hasta 2027 provenga de los pagos instantáneos. Sin embargo, en otros lugares, el crecimiento de los ingresos procedentes de los pagos instantáneos podría ser escaso. En India, se espera que los pagos instantáneos contribuyan en menos de un 10 por ciento al crecimiento futuro de los ingresos, porque actualmente no se cobran comisiones por la Interfaz de Pagos Unificados (Unified Payments Interface, o UPI). Por el contrario, en varios países europeos, como Alemania, los pagos instantáneos se perciben como una opción premium, lo que se traduce en un potencial relativamente fuerte para el crecimiento de los ingresos.
Para 2027, es probable que las economías en desarrollo con un elevado uso de efectivo realicen nuevos cambios significativos hacia los pagos instantáneos, lo que elevará la cuota de estas transacciones a aproximadamente la mitad del total de transacciones de pago, casi dos veces y media a tres veces más que en 2022. En contraste, nuestro análisis indica que el impacto a corto plazo en mercados maduros como Estados Unidos y Reino Unido será nominal. Los pagos instantáneos siguen en una fase incipiente en Estados Unidos, donde el descenso del efectivo en 2022 fue más moderado tras la reducción de 2021 asociada a las restricciones pandémicas. El lanzamiento en julio de 2023 de las vías de pago en tiempo real FedNow de la Reserva Federal puede suponer un punto de inflexión, pero el efecto será gradual.
La historia varía de un país a otro, pero merece la pena echar un segundo vistazo la evolución en Europa. Hoy en día, los pagos instantáneos constituyen el 12 por ciento del volumen de transferencias de crédito en la Zona Única de Pagos en Euros (Single Euro Payments Area, o SEPA) (Gráfica 3). En ausencia de una intervención regulatoria, este porcentaje podría duplicarse para 2027, y si los reguladores proceden con las acciones previstas para fomentar su adopción, el porcentaje podría aumentar al 45 por ciento de los 23 mil millones de transacciones anuales de la SEPA y una proporción mucho mayor de los pagos cuenta a cuenta (account-to-account, o A2A), incluidas las transferencias realizadas a través de la Cámara de Compensación Automatizada (Automated Clearing House, o ACH), la liquidación bruta en tiempo real (real-time gross settlement, o RTGS) y los pagos instantáneos.
Las billeteras digitales, origen y destino de gran parte del flujo de pagos instantáneos, también están en auge. Varios modelos de negocio están tomando forma en distintas partes del mundo. En varios países africanos (Kenia, Ghana y Tanzania, por ejemplo), la infraestructura de billetera móvil es omnipresente e interoperable. El Banco Central de Nigeria impulsó la adopción de una “economía sin efectivo” durante un proceso de cambio de billetes a principios de 2023. La demanda de soluciones de pago digitales se ha disparado entre los comerciantes nigerianos de todos los tamaños. Un adquirente informa que el 70 por ciento de los nuevos clientes comerciales no habían aceptado antes pagos digitales, un claro indicador de la expansión de los efectos de la red.
Posicionado para el crecimiento
En general, el crecimiento y la valoración de los ingresos del sector de pagos en 2022 son consistentes con el optimismo sobre el futuro. Nuestro análisis indica que las perspectivas a cinco años son sólidas, con un crecimiento probable de los ingresos de entre el 6 y el 8 por ciento. Es probable que las oportunidades sean generalizadas: se prevé que las cuatro regiones se expandirán a una media anual del 6 por ciento o más. Se pronostica que el crecimiento de los ingresos basados en las comisiones vuelva a exceder ligeramente las contribuciones basadas en los intereses, y los volúmenes globales de transacciones electrónicas deberían seguir creciendo (un 15 por ciento en este caso) a tasas superiores a los ingresos. Aunque estos efectos de las tasas de interés pueden moderarse en los próximos años, el mercado sigue en camino de superar los $3 billones de dólares en ingresos por pagos para 2027.
En el umbral de una nueva era de pagos
Durante las últimas décadas, a medida que el sector de pagos ha ido creciendo, adoptó rápidamente nuevas tecnologías, abriendo en el proceso nuevas vías para servir a los clientes. Junto con estos cambios, la composición de las fuentes de ingresos ha ido evolucionando. El uso de efectivo está disminuyendo rápidamente, habiendo perdido 20 puntos porcentuales en la cuota de pagos globales en los últimos cinco años. El margen de interés neto está impulsando una mayor proporción del crecimiento, y los actores se están moviendo hacia áreas menos penetradas de la cadena de valor de los pagos. En conjunto, estos cambios sugieren que la industria está preparada para ser definida por un nuevo modelo de negocio.
¿Cómo llegamos aquí?
El sector ha pasado por tres eras distintas, dominadas, a su vez, por el papel, el plástico y las transacciones basadas en cuentas (Gráfica 4). Desde la década de 1990, los pagos han operado en la Era de las Cuentas (Account Era), en la que el plástico ya no era necesario para acceder a los fondos. El surgimiento de capacidades en línea a fines del siglo pasado impulsó el inicio de esta era, ya que Internet y las tecnologías móviles permitieron a los usuarios dirigir fondos desde sus cuentas, aprovechando la infraestructura existente. Pero en la presente década vemos signos del comienzo de una cuarta era; la llamamos la Era Desacoplada (Decoupled Era).
Para anticipar lo que esto significa para los bancos y otros proveedores de pagos, es posible considerar la dinámica de la pasada progresión del papel al plástico y a las cuentas. En primer lugar, los mecanismos de pago más antiguos no desaparecen, sino que disminuye su uso. Cada era sucesiva también se ha inclinado más hacia la tecnología, fomentando la disrupción y obligando a las instituciones establecidas a emprender un amplio reequipamiento. Los pagos se han integrado cada vez más en los procesos de compra, lo que los hace cada vez más importantes para los usuarios que buscan comodidad. Por último, en cada era han entrado más competidores en el mercado, impulsando volúmenes de transacciones y costos más bajos tanto en el segmento de consumo como en el comercial.
La Era Desacoplada
La Era Desacoplada probablemente se caracterizará porque los pagos se desconectarán cada vez más de las cuentas y otros depósitos fijos de valor. Los usuarios tendrán aún más voz, ya que buscan comodidad, asequibilidad y seguridad. La Era Desacoplada se perfila para tener una mayor dependencia de la tecnología, y las tecnologías ganadoras aún están por determinarse. Entre los contendientes se encuentran los modelos de plataforma como servicio (platform as a service, o PaaS), que habilitan a proveedores de nicho y prometen transiciones fluidas de los clientes entre productos y servicios, y la IA generativa, que personalizará aún más las experiencias de los clientes, agilizará los procesos de pagos y protegerá contra el fraude.
Si bien se espera que surjan algunos nuevos actores en la Era Desacoplada, los arquetipos de los existentes también podrían cambiar. Las fintech, tras haber orientado sus modelos de negocio hacia la sostenibilidad, probablemente se adentrarán más en los servicios financieros tradicionales o buscarán agresivamente asociaciones para satisfacer las necesidades de los clientes. Los bancos, a su vez, quizá buscarán una mayor independencia y control en toda la cadena de valor, lo que puede adoptar la forma de asociaciones o fusiones y adquisiciones.
La competencia por los depósitos y los saldos de los clientes probablemente se intensificará en la Era Desacoplada, al tiempo que se intensificará la búsqueda de relaciones con los clientes. Creemos que los actores capaces de integrar imperceptiblemente los pagos en el estilo de vida y el comportamiento de los clientes obtendrán beneficios.
Los modelos de negocio, las soluciones y las empresas de la Era de las Cuentas siguen siendo relevantes, pero la Era Desacoplada genera nuevas oportunidades para los actores dispuestos a explorar nuevos vectores de crecimiento. Los bancos ya no podrán depender únicamente del paradigma de la propiedad de las cuentas. Tendrán que construir nuevos negocios para diferenciarse y mantener a los clientes dentro de su ecosistema de servicios.
Oportunidades emergentes
Dado que los pagos se han convertido en un negocio tecnológico, las soluciones impulsadas por una interfaz de programación de aplicaciones (application programming interface, o API) y otras tecnologías de próxima generación son un factor en muchas oportunidades para escalar el impacto empresarial, tanto en la creación de nuevos negocios digitales para el crecimiento de los ingresos (a menudo capitalizando la tendencia hacia las finanzas integradas) como en el impulso de la eficiencia operativa.
Una de las mayores oportunidades para ampliar el negocio son las transacciones transfronterizas, en particular las de importes inferiores a $100,000 dólares en los segmentos de consumidores y PYMES. Aunque los pagos de bajo valor representan el 8 por ciento de los flujos de pagos transfronterizos, suponen aproximadamente un tercio de los ingresos debido a las extensas redes minoristas y a los mayores márgenes.
La presión para digitalizarse se extiende a toda la empresa. Con un entorno económico incierto y empresas que mantienen menos exceso de efectivo en cuentas operativas, los líderes necesitan una mejor visibilidad de las posiciones de las cuentas en tiempo real y acceso a un financiamiento eficiente. Los bancos tienen una oportunidad única de ampliar valiosos servicios de automatización y digitalización a la oficina del director financiero, aportando su experiencia en materia de suscripción y acceso al balance.
Varias otras oportunidades están a la espera. Los depósitos representan uno de los recursos más críticos de un banco y una de las fuentes de ingresos más importantes para los bancos de transacciones corporativas de todo el mundo. Los depósitos corporativos generan entre el 40 y el 45 por ciento (entre $500,000 y $550,000 millones de dólares) de los ingresos bancarios transaccionales a nivel mundial. Además, los depósitos minoristas siguen representando el 43 por ciento de los saldos en cuenta corriente. Los inversionistas están siguiendo de cerca la resiliencia de los bancos a la hora de orientar sus estrategias de depósitos para hacer frente a las nuevas realidades del mercado, dados los recientes retiros y la creciente volatilidad del mercado en respuesta al aumento de las tasas de interés, las restricciones crediticias y las brechas de liquidez.
Los bancos pueden redoblar la productividad interna de tres maneras: la IA generativa, la modernización tecnológica y la batalla en curso para prevenir los delitos financieros. La banca ya ha logrado grandes avances con la IA “tradicional” en marketing y operaciones con clientes. El McKinsey Global Institute estima que la IA generativa podría aumentar aún más la productividad de la banca entre un 2.8 y un 4.7 por ciento, lo que equivaldría a unos en ingresos anuales de entre $200,000 y $340,000 millones de dólares.
La modernización de las pilas tecnológicas de los bancos puede disminuir los costos operativos entre un 20 y un 30 por ciento y reducir a la mitad el tiempo de comercialización de nuevos productos. El Índice de Modelo Operativo de McKinsey (Operating Model Index), compilado a partir de la investigación de 150 instituciones financieras líderes, concluye que las que obtienen una puntuación más alta en madurez del modelo operativo tienden a crecer más rápido – un 20 por ciento en promedio– y a ser más rentables (69 por ciento más de retorno total para los accionistas [total shareholder return, o TSR]) que las demás. La brecha tecnológica que separa a los bancos tradicionales de las fintechs y los actores digitales nativos sigue ampliándose; los bancos deben identificar dónde el pago de la deuda técnica aportará el mayor beneficio, y pueden querer considerar las asociaciones como otra oportunidad.
La cara del fraude financiero ha cambiado. Los delincuentes financieros de hoy son sofisticados y aprovechan herramientas de bajo costo que explotan los avances tecnológicos recientes. Pero estas nuevas tecnologías, incluida la IA generativa, también ofrecen nuevas vías para defenderse contra el fraude. Los primeros ejemplos indican que el uso de la IA generativa para automatizar o acelerar actividades actualmente manuales podría aumentar la productividad en la detección del fraude entre un 30 y un 50 por ciento. Es probable que las empresas de pagos tengan que actualizar sus operaciones antifraude para pasar de funciones administrativas a un centro de competencia gestionado activamente, pero hacerlo debería reducir las pérdidas y mejorar la experiencia del cliente.
Las perspectivas del sector de pagos siguen siendo sólidas, con un crecimiento previsto a cinco años igual o superior a la media a largo plazo. Sin embargo, los vectores de crecimiento están evolucionando y los bancos deben optimizar la rentabilidad de dicho crecimiento. Esto requiere una evaluación detallada de su negocio, tomando decisiones de inversión claras y difíciles para construir un núcleo operativo de pagos eficiente que proporcione una parte de ese crecimiento tanto a la cuenta de resultados como a la de ingresos.